Puesto 2.
Zdzislaw Beksinski.- Para Beksinski, sus obras eran demasiado personales e inclasificables, de hecho no permitía que nadie las encasillara en ningún estilo concreto, y tampoco les ponía título. No era amante de las exposiciones, no esperaba que le gustase a nadie sus obras. Creo imágenes perturbadoras y muy detalladas intentando conseguir su objetivo: “Deseo pintar de la misma forma como si estuviese fotografiando los sueños”. Su trabajo no coincidía con su personalidad, ya que Beksinski , a pesar de su timidez y modestia, era una persona muy agradable a la que encantaba conversar.
Obra titulada: "INQUIETANTE".
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